En el Rigshospitalet Glostrup, en Copenhague, el Dr. Anders Sode West y sus compañeros se propusieron evaluar el efecto de la iluminación naturalista o circadiana en pacientes admitidos en rehabilitación tras haber sufrido un accidente cerebrovascular: el primer estudio de este tipo que investiga la influencia de la exposición sistemática a una iluminación fiel a la luz solar en la recuperación de los pacientes. En términos simples, la «iluminación naturalista» es una luz artificial que replica el ritmo de oscuridad y luz de la naturaleza. También favorece nuestro ritmo circadiano: el reloj interno del cerebro humano que funciona las 24 horas del día para pasar de la somnolencia al estado de alerta a intervalos regulares.
La predictibilidad del ritmo natural de la luz optimiza nuestra fisiología, salud y comportamiento. Pero para la mayoría de nosotros, que podemos pasar hasta el 90 % de nuestro tiempo en interiores, ese ritmo diario natural puede resultar difícil de alcanzar.
Conseguir suficiente luz natural bajo las condiciones de la vida moderna es todo un reto. Pero en un entorno controlado, como un hospital o centro de rehabilitación, mantener un ritmo circadiano saludable se convierte en un reto especialmente difícil, sobre todo para los pacientes de estancia prolongada.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿qué pueden hacer las instituciones sanitarias para crear un entorno que favorezca un biorritmo saludable y reduzca las complicaciones? Y, a mayor escala, ¿qué papel pueden desempeñar los espacios interiores que frecuentamos, como nuestros hogares, lugares de trabajo, escuelas o espacios públicos, para compensar nuestra falta de conexión con la naturaleza?
Para favorecer el ritmo circadiano humano, la iluminación naturalista de los espacios interiores copia el ritmo de la luz solar, reproduciendo las fluctuaciones naturales de la oscuridad y la luz (lux), el color (kelvin) y el espectro (longitud de onda).
«Nuestro cerebro lee la luz para calcular la hora del día», explica el Dr. West. «Por lo tanto, es crucial conseguir la luz adecuada en el momento adecuado, para que los órganos y el cerebro puedan acelerar o ralentizar su actividad en el momento adecuado. Sabemos que todas las células de nuestro cuerpo están controladas por el sistema circadiano y que el 10-15 % de nuestros genes están directamente controlados por el reloj maestro del hipotálamo. También sabemos que la alteración del ritmo circadiano se asocia con alteraciones endocrinológicas (por ejemplo, diabetes de tipo 2), deterioro cognitivo, problemas de sueño, depresión y cáncer, entre otras cosas».
Después de un accidente cerebrovascular, las complicaciones más frecuentes que suelen darse son un estado de ánimo depresivo, una menor calidad del sueño y cansancio: síntomas que pueden afectar negativamente a la función cognitiva, la recuperación funcional, la calidad de vida y, en última instancia, la supervivencia de un paciente. Para evaluar los efectos de la iluminación dinámica y naturalista, el equipo del Dr. West instaló luminarias led multicolor en la unidad de intervención. Un ordenador se encargaba de controlar los cambios continuos de color, brillo y espectro durante 24 horas. Por la noche, la luz se apagaba completamente y, cuando era necesario, se encendía con longitudes de onda azules insignificantes para minimizar las molestias. Por otro lado, el grupo de control del estudio se colocó en habitaciones con iluminación interior estándar. La unidad de intervención de 39 pacientes y el grupo de control de 32 fueron observados a lo largo de un año para incluir las cuatro variantes de la luz estacional.
«Descubrimos que tanto el estado de ánimo depresivo como el cansancio eran significativamente más bajos en el grupo de intervención en el momento del alta, en comparación con el grupo de control», afirma el Dr. West. «El estado de ánimo depresivo fue entre un 32 y un 49 % menor, mientras que el cansancio fue, de media, un 21 % menor».
En el momento del alta, los pacientes expuestos a la luz natural también presentaban un aumento significativo de los niveles de melatonina en la sangre y una evolución de la rítmica de la melatonina, que está estrechamente relacionada con un ritmo circadiano saludable y patrones de sueño saludables. Los resultados se suman a un creciente número de investigaciones sobre el profundo efecto que la iluminación circadiana basada en la investigación puede tener en el bienestar en el mundo moderno, e inspiran una exploración más profunda de su potencial.
A medida que examinamos los cambios de diseño en el sector sanitario, cabe señalar que, aunque la iluminación circadiana puede ser la solución óptima, aún queda mucho por decir a la hora de trabajar con la iluminación decorativa de la que disponemos. Al fin y al cabo, no solo es importante la luz en sí, sino también la forma en la que se suministra. Por ejemplo, los apliques PH recientemente instalados en los pasillos de un hospital de Esbjerg (Dinamarca) han prestado al espacio una calidez que supone todo un descanso de la tradicional y brillante iluminación superior.
En el Hospital Frederiksberg de Copenhague, Louis Poulsen ha contribuido con la iluminación de las salas de pruebas diseñadas para ayudar a los pacientes a recuperarse más rápido y crear un entorno más agradable para los pacientes, el personal y los visitantes. Diseñados por KHR Architecture, estos dispositivos LP Circle son regulables en Kelvin y cuentan con ventilación integrada. Con más luz natural, iluminación circadiana, un esquema cromático más agradable para el paciente y habitaciones para un solo paciente, el equipo de diseño espera mejorar no solo el ambiente, sino también los resultados. En Seinäjokim, Finlandia, Louis Poulsen ha participado en otro proyecto en el que se han instalado las luminarias regulables en Kelvin LP Circle en salas de cuidados intensivos para acelerar la recuperación de los pacientes.
Existen muchos otros ejemplos de iluminación agradable para el paciente. Un equipo de investigación del Hospital Bispebjerg de Copenhague está investigando el efecto de la luz en pacientes depresivos y ha instalado iluminación naturalista en la unidad de Psiquiatría. El St. Augustinus Memory Centre de Neuss (Alemania) ha estado experimentando con la iluminación centrada en las personas para ayudar a tratar a los pacientes con demencia. Mientras tanto, al otro lado del océano, en el Mount Sinai Health System de la ciudad de Nueva York, un ensayo clínico está probando si una luz matutina más brillante en las habitaciones de los pacientes con cáncer puede reducir el cansancio y la depresión. Y en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Infantil Masónico de la Universidad de Minnesota, la iluminación imita la luz del día para reducir las alteraciones del ritmo circadiano de los jóvenes pacientes.
La visión del Dr. West de que «la luz del futuro reflejará la hora del día» podría estar más cerca de lo que pensamos, y no solo en el sector sanitario. Si un paciente puede volver a casa antes y en mejor estado, gracias a la luz artificial de la habitación del hospital, se puede imaginar el beneficio que esa iluminación puede aportar a toda una sociedad que pasa mucho más tiempo encerrada de lo que debería por naturaleza. Por supuesto, la luz circadiana no es la panacea. Pero todos los indicios apuntan a que es un componente clave no solo en el camino hacia la recuperación, sino también en nuestra búsqueda general de la felicidad y el bienestar.